Por una palabra

¿Sabes que me pone muy pero muy de mal humor?

Comer al aire libre, a la intemperie, o como mierda le quiera decir bajo las estrellas.

¿Saben porque me molesta semejante boludez?

Porque tengo la muy pero muy mala leche suerte, que en cuanto una puta fuerte rafaga de viento sopla la primera miga de pan se reposa en mi retina: ¡SI! Tenga la suerte que siempre que una maldita migaja de harina quiere volar se reposa en mi ojo, y claro esta que de ansioso automáticamente me empiezo a rascar, se me va todo el humor, empiezo a ponerme nervioso, puteo, me enojo contra todo y contra todos. La culpa la tiene desde el Viento de mierda que quiso “justo” soplar en ese momento, Hasta el Mozo que trajo ese pan mal horneado que al tocarlo se desgarro todo. Para colmo ni hablar de intentar ayudarme, porque no existe ayuda posible, de hecho, cualquier cosa que alguien me intente decir será usado en su contra, así soy cada vez que me entra una diminuta migaja de pan en el ojo, ¡SI!, así de Pelotudo soy, al menos, 2 veces al año.

Nota: Debería dejar el pan.

Nit.-